Con las personas que tienen a cargo el cuidado de niños pequeños, suelen surgir especiales preocupaciones y sensaciones de agobio. Los niños inevitablemente captarán las preocupaciones y la ansiedad de los adultos, a través de la escucha y la observación de lo que sucede a su alrededor.
Los niños son muy hábiles para percibir fluctuaciones de ánimo a su alrededor, pero poco diestros en interpretar a qué se deben. Por lo que muchas veces hasta pueden pensar que hicieron algo malo y que los adultos están molestos con ellos.